El por qué de Shangri-La

 

"Mujer con sombrilla en un jardín", de Renoir

Shangri-La es un lugar imaginario que aparece en la novela Horizontes perdidos, (1933), del escritor británico James Hilton. Frank Capra adaptó esta novela y dirigió una película en 1937 con título homónimo. A causa del libro de Hilton, el término Shangri-La (que en la novela es un lugar remoto fantástico, un valle situado entre las montañas de Shang), ha pasado a denominar por extensión cualquier paraíso terrenal. Es una sociedad utópica aislada del mundo exterior, una tierra donde las mujeres y hombres se sienten felices permanentemente. Las personas viven cientos de años, y envejecen muy lentamente.

A su vez, Hilton se inspiró en Utopía, de Tomás Moro. La Utopía de Moro es una comunidad pacífica, que establece la propiedad común de los bienes. La obra contiene numerosas referencias a los ideales expuestos en La República, de Platón, donde se describe asimismo una sociedad idealizada.

Tengo en casa una Breve Guía de los lugares imaginarios, de Alberto Manguel y Gianni Guadalupi. Es un resumen de los lugares imaginados por los autores a lo largo de la historia de la literatura; un libro que viaja a través de los sueños de los hombres, y recorriendo todos los siglos. Me enamoré de este libro en la biblioteca de la Universidad, lo busqué en librerías y estaba descatalogado. Curiosamente, muchos años después, lo encontré en una biblioteca de mi barrio, a donde acudí varias veces a revisar el libro y tomar notas. Finalmente compré el libro en una librería, y éste se ha convertido en uno de los mayores tesoros de mi biblioteca.

Así conocí a la diosa de Atvatavar, que habita en un mundo interior situado bajo América Central, un mundo bajo tierra que recorre de Nueva York a Ecuador, que posee un sol interior y un clima cálido. También conocí el reino de Regentrude, donde una dama cansada y aburrida tiene a su cargo la lluvia que fecunda los campos. Y muchos otros mundos que me quedan por descubrir, porque éste es un libro de cabecera para toda la vida.

Aquí, en la Vega Baja del Segura, las personas suelen alcanzar edades muy altas, cumplen 80, 90, e incluso 100 años. La dieta incluye muchas verduras y legumbres, y encuentro muchas semejanzas con la dieta japonesa. La calidad de la comida es excepcional y la zona está llena de muy buenos restaurantes. Hay muchos abuelos delgados, porque han trabajado toda la vida en el huerto, y eso ha transformado sus cuerpos en juncos duros y flexibles.

Al igual que Shangri-La, la Vega Baja es la tierra de la abundancia. Además de los huertos cultivados, crecen por todas partes muchas plantas silvestres. A veces sueño que tiro una semilla al suelo y me nace un baobab.

Llamo también a esta tierra la Toscana española, The Valley, mi pequeño Japón. He venido a buscar aquí el secreto de la eterna juventud, ya que muchos estudios afirman que vivir en la naturaleza aumenta la calidad de vida y la alarga.

Aquí quiero escribir mis artículos, mis relatos. En mi despacho, disfruto de unas vistas maravillosas a la huerta, porque yo siempre he sido envidiosa en el sentido de ser una “envidiosa emulativa”. Hace tiempo vi una fotografía del despacho de Virginia Woolf abierto a un hermoso jardín, y yo me dije: “Quiero eso”. Mientras escribo veo amanecer, veo las bandadas de pájaros que emigran desde las tierras del Norte huyendo del frío, y me convierto en una testigo privilegiada de la evolución de las estaciones.

Agradezco a la vida que me haya regalado mi habitación propia. Sé que muchos de ustedes también andarán buscando su propio Shangri-La. Sigan así, sigan a su propio niño interior. Como decía Da Vinci, apunta tu rumbo a una estrella, y podrás navegar a través de cualquier tormenta.

Gracias, hasta pronto.